La capacidad de las baterías para vehículos eléctricos se ha reducido significativamente: si una batería no dura tanto como antes, podría ser un signo de que está dañada. Si notas que la batería se descarga más rápido de lo habitual o que no carga completamente, es posible que deba repararse o reemplazarse.

 El voltaje de baterías para vehículos eléctricos es bajo: si mides el voltaje de la batería y encuentras que es significativamente más bajo que el voltaje nominal, podría indicar que la batería está dañada. Por lo general, un voltaje bajo indica que la batería no tiene suficiente energía para alimentar un dispositivo.

Las baterías para vehículos eléctricos se calientan demasiado: una batería que se calienta demasiado durante su uso podría estar dañada. Las baterías de litio normales pueden calentarse un poco, pero si la temperatura es excesiva, es posible que haya un problema.

 La batería se hincha o se deforma: si notas que la batería de litio está hinchada o deformada, es posible que esté dañada. Esto puede deberse a una fuga de electrolitos o a una falla en la celda de la batería.

El ciclo de vida de las baterías para vehículos eléctricos ha terminado: cada batería de litio tiene un ciclo de vida limitado, lo que significa que después de un cierto número de ciclos de carga y descarga, la batería perderá su capacidad de retener carga. Si tu batería de litio ha llegado al final de su ciclo de vida, es posible que deba ser reemplazada.