Los nuevos modelos de ciudad promueven también la sostenibilidad en el transporte

El consumo energético en las ciudades supone el 75% del total mundial. Esta cifra es especialmente llamativa si tenemos en cuenta que las ciudades ocupan sólo el 2% de la superficie de la Tierra. Por este motivo, los principales esfuerzos en materia de sostenibilidad relacionada con la movilidad se centran en los espacios urbanos dado que generan el 80% de las emisiones de CO2. 

Y es que gran parte de estas emisiones provienen de la movilidad, lo que ha provocado que se ponga un foco especial en acciones con un importante matiz verde  que faciliten el transporte de las personas y mercancías con una reducción máxima de la huella de carbono.

El concepto de Smart City (ciudad inteligente) promueve, entre otras medidas de eficiencia, un nuevo modelo de transporte para atender a las personas y responder a sus necesidades. Hablamos de una ciudad en la que la sostenibilidad se extienda hasta todas las acciones de nuestro día a día: nace así la emobility.

Este concepto de transporte en el que la tecnología e innovación aportan nuevas soluciones combina los distintos tipos de movilidad que se pueden poner en práctica en un espacio urbano: a pie, bicicleta, transporte público… De entre todos ellos, la irrupción de los vehículos eléctricos en sus distintos formatos (vehículo, patinetes, motos o bicicletas, principalmente) ha supuesto una nueva vía de ahorro económico y ambiental sin mermar los tiempos invertidos de desplazamiento. Por ello, no es de extrañar que los vehículos eléctricos tengan cada vez una mayor penetración dentro del mercado.

Coches eléctricos. Coches verdes

Más aún con un modelo de ciudad que tiende hacia el fomento del transporte público y la apuesta por dar facilidades a los nuevos vehículos con menores emisiones. Pese a la mejora de las redes de transporte compartido, el uso de vehículos particulares sigue siendo clave para la movilidad urbana. Y aquí, los coches eléctricos son la llave para la reducción de esta huella de carbono.

Monopatines y motos eléctricas siguen ganando usuarios

Medidas como la restricción del tránsito de vehículos de combustión interna en centros urbanos o determinados espacios es un primer paso que, de forma directa, fomenta el uso no sólo del transporte público, sino de vehículos eléctricos. Su acceso libre a áreas restringidas, aparcamientos gratuitos o preferentes son otras medidas que también incentivan a los propietarios de vehículos eléctricos. Y no sólo aquellos que utilizan un vehículo para uso propio, sino cada vez es mayor el número de empresas de transporte o de servicios de mensajería que han apostado por flotas de vehículos eléctricos para su trabajo diario.

Para el uso particular de vehículos, soluciones como el propio vehículo eléctrico (o fórmulas como el uso compartido para ir al mismo lugar), monopatines o motos eléctricas siguen ganando adeptos. Sus motores eléctricos y baterías de litio suponen numerosas ventajas desde el punto de vista medioambiental frente al motor de combustión convencional.  Y la constatada reducción de la huella de carbono supone una ayuda para la recuperación de nuestro Planeta sin perder autonomía y eficiencia en nuestras necesidades de movilidad. Además de velar por la salud y mejora en la calidad de vida de quienes habitan las ciudades.