La reducción de las emisiones, en el punto de mira de la Unión Europea

El vehículo eléctrico –en todas sus variantes– sigue siendo la prioridad para el asentamiento de la denominada movilidad verde en la vida del Planeta. La batalla por la reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera tiene al sector transportes como uno de los principales frentes de batalla, donde su consecución es más factible que en otras áreas (como las emisiones de gas metano del ganado, por ejemplo). Es por ello que, desde la Unión Europea, se diseñó un plan estratégico para su sector automovilístico, de manera que la transición hacia las cero emisiones sea lo más suave y adaptada posible.

En este contexto, la propia UE mantiene firme su objetivo inicial, tal y como afirma Héctor Gómez, ministro de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de España: “continuar el camino de liderar la movilidad del futuro y adoptar niveles de emisiones realistas para los vehículos de la próxima década y al mismo tiempo ayudar a nuestra industria a dar el salto definitivo hacia el coche limpio en 2035”.

Pero esta hoja de ruta inicial ha tenido que ser alineada con la realidad de un sector que, mientras avanza a pasos agigantados en el desarrollo de nuevos modelos híbridos o electrificados al 100%, sigue produciendo vehículos de combustión para un mercado cuyas cifras de ventas miran cada vez más al verde. 

La propia UE ha acordado rebajar las exigencias que ya estaban previstas para la reducción de las emisiones contaminantes de los vehículos, lo que se traducirá en un retraso de la entrada en vigor de las medidas previstas, hasta 2027.

Rebaja de las exigencias de emisiones de CO2

Básicamente, la rebaja de las exigencias se centra en una reducción de las emisiones contaminantes, cuya fecha límite pasará ahora de 2025 a 2027, requisitos calificados como “realistas” ante la demanda de los fabricantes de automóviles, que no han objetado nada al respecto de 2035 como fecha límite para el fin de la fabricación de coches diésel y gasolina. En este sentido, se mantienen las exigencias de la  Euro 6/VI en cuanto a emisiones de CO2 para turismos y furgonetas, mientras que rebaja las de los vehículos pesados como los camiones, que entrarían en vigor a partir de 2029.

La apuesta por los vehículos eléctricos es imparable

Todo ello, sin dejar de lado el capítulo de inversiones para impulsar la producción de coches eléctricos, cuyas ventas siguen creciendo de forma notable y suponen hoy día la elección de casi la mitad de las nuevas ventas de vehículos nuevos en España. 

Esta tendencia creciente denota la madurez de un mercado en el que los compradores también están cada vez más alineados con la necesidad de una reducción de emisiones y nuevos formatos de transporte más respetuosos con nuestro planeta.