La denominada ‘última milla’ se ha convertido en paso clave dentro del proceso de la logística. Si inicialmente sólo hablábamos del transporte final de mercancía para una cadena de producción –véase, entrega de piezas en una fábrica–, el boom de la venta online y del denominado B2C (Business to Customer) ha provocado una revolución en este último paso para la entrega de un pedido –desde el centro de producción al domicilio final–, el que marca que un cliente confíe en su proveedor para otra compra o, por el contrario, lo desestime. 

Hablamos de un sector, el del B2C, que supone ya el 20% de las compras totales en España y con un notable margen de mejora aún. Pero también un sector que ha visto como el concepto de ‘envío gratuito’ ha obligado a reinventarse y optimizar rutas y metodologías para conseguir el menor impacto económico posible en las cuentas finales. Y también en el capítulo ambiental.

Este incremento de las ventas de nuevos vehículos eléctricos refuerza su valía como herramienta clave para la entrega no sólo de paquetería en la ‘última milla’, sino para otros usos. Grandes marcas proveedoras del canal horeca se han pasado a las nuevas fórmulas de movilidad sostenible para abastecer a bares y restaurantes, especialmente en los cascos urbanos con difícil acceso. O incluso nuevas modalidades para el transporte de viajeros se decantan ya por vehículos eléctricos. 

Todo ello dentro de un movimiento que también incluye un crecimiento exponencial para la industria auxiliar. Aquí, la fabricación de baterías sigue siendo uno de los principales caballos de batalla en cuanto a mejoras e innovación, especialmente las baterías de litio, que siguen siendo las más fiables e implantadas en los distintos vehículos.